jueves, 1 de octubre de 2015

A la chica que me ha robado los poemas.







No pasa nada que te hayas quedado
con todos mis poemas,
los escribí en un momento extraño de mi vida.

Me acuerdo de la juventud de piedra
y dioses en las habitaciones negras y amarillas
de adolescencia desmesurada
derritiéndose por las baldosas .

Las letras de laberinto
que pasaron como el tiempo de arena.
Ahora la revolución parece que grita fuera de las ventanas
esperando una respuesta.


Me has robado los poemas,pero sòlo eso.

Además no eran del todo muy míos,
demasiada carga de todo,demasiadas idas de ideas.

Pero quedátelos como mar en los ojos.
Quizás así puedas comprobar
que hay buscadores pero pocas certezas.


Las alcantarillas de la ciudad de fuego
suenan con sonidos intocables,
quizás el arte palpable baje hasta la cuneta
y desate esta guerra inatacable.

Quizás todo sea imparable,como una fuerza inmensa
expandiéndose desde los centros.
Quizás arda París y vuelva Sartre como entonces.


Los astros duermen en el nervioso ruido
que oigo a veces.

El mundo se desata entre esquinas y portales.

Te los regalo.
Para venderlos ahora está complicado.




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