miércoles, 19 de junio de 2013

Nuevo mundo.




Abandonar a los fantasmas inagotables 
y viscosas tobas
pantano adentro.

En la turba, una gota
caerá suavemente
junto a la cuneta,
al filo del arte.

Preparar las cabezas
y las vidas que vendrán
de las palabras
dichas a años luz o años sombra
de utopía
a barrer los desiertos.

Programar los globos invisibles
y la red del rostro desconocido.
Dar permiso al mundo
para seguir respirando.


Dejad en las profundidades,
en lo más lejano de la tierra
el mapa del desastre
que agujerea el destino
y no lleva a ninguna parte.

Arrojar lo que ensombrece
y ahoga la vida hasta el tuétano
con el gancho del ombligo 
y los clavos de la puerta;

y liquidarlos en el líquido
del monstruo marino
para que el agua diáfana
inunde de espíritu
el nuevo mundo .




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