martes, 23 de julio de 2013

11 de septiembre.


Porque no escribir de la noche
o de norias,
de alturas y bajadas
y todas esas curvas.



Uno intenta no levantarse un domingo
con una resaca de conciencia.



En el invisible paisaje de mi ventana
un árbol manifiesta la sombra
intentando agarrarse a la tierra.


Hoja será ,
semilla o poso,
rubor o párbulo
lo que transforme el mundo
ligero como una corteza
o una gota de nada.

Mientras oigo la aurora y su canto
que alimenta mi sueño,
futuro claro,
roce de tu cuerpo,
pasar por tus ojos,
once de septiembre...


Nose si tu nido está hecho de viento o flores,
si tu pradera es de azul o morado,
el cielo a veces se derrumba bajo
este ancho mar donde tu olvido nace.


La vida transcurre entre caracoles
en una soledad compartida
entre perros y ángeles.

El viento nos llevará al borde,
al nudo final
de los ojos privilegiados.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Verano dentro.

Tengo un verano dentro, un sol incombustible que me irradia los ojos. A veces un incendio una hoguera  que me broncea la piel  y me aclara e...