domingo, 24 de noviembre de 2013

Sin aliento



Palpo la fiebre del mundo
con tu pensamiento insurrecto
en esta habitación deshabitada
llena de ceniza e incendio.


En el espejo nuestra imagen tirita
llena de sombra y sueño
y en las horas negras
una fina luz blanca nos daña los ojos
de orilla y extremo.

Somos vacías sombras
en la lejanía de unos labios,
en el presídio de un beso.


Las nubes pasan por la vida
como dedos que recorren un país extenso.
Dicen que los golpes dejan la herida que sangra,
la herida roja de la piel helada de desierto.

Pero nosotros no sangramos.
Nosotros nos salvamos.
Somos jodidos vientos.
Sin patria,sin palabras,
sin aliento...

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