Me gusta ver los pájaros de la niebla,
en su recorrido de meteoros vaporosos ;
en su vuelo encrestado de nave
alejándose en el insondable vacío.
Me gusta ver a tu conciencia
adentrarse en lo invisible
en ese solo atisbo del asombro
en ese punto sigiloso y pensativo.
Tu conciencia es como un ave
incansable de primaveras
que trae en el pico una hojas
para hacer una casa de nido.
Conciencia de azules diluvios
hilando el metal de tu idea,
labor del minuto silencio,
encaje del torbellino tranquilo.
Tu conciencia es como un ave
incansable de mar crecido,
rumor de ola espumante
despertando a los hombres dormidos.
lunes, 4 de marzo de 2019
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