domingo, 30 de junio de 2013

La gota.


Una gota
bajó por las cuencas
hasta llegar a un rincón,
cayó por un cuerpo
de tierra conquistada
en la carne del tiempo;

hasta las puertas de la casa,
hasta la llave de si misma,
hasta el mar de todas las gotas
y se diluyó en el océano;


era una gota de sudor,
de llanto, de ataque de risa,
era la gota de los tigres,
la gota de los ojos importantes,

era una gota de vuelta
buscando sus ancestros
en la inmensidad del vacío,
un borroso círculo de polvo
deseando inundarse de todo;

era tu gota y era la mía,
al final de la mirada nos pertenecía
dentro de nosotros.



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