domingo, 30 de junio de 2013

Entonces niña.


Si encontrara una palabra mínima
que permitiera
alzarse por encima 
un milímetro 

de la realidad aplastante,
si encontrara la línea infranqueable 
que separa mi mundo de los otros;

si notara la textura de tu ceño

invadurnado de raíces,
si entendiera una sola nota 
del preludio de las flores.

Si me mojara con el vaivén de las olas

que arden en el ácido incomprensible,
si me dejara nacer en la fecundidad de los rostros
en los retratos de los caminos;
si me sumergiera en la oquedad del labio
en el tiempo que por un momento se detiene.

Si pudiera contagiar la frágil lectura de los sueños,

olvidar el silencio y recordar los nombres,
si dejara caer en mis versos una ínfima sombra 
del misterio  de la vida,

entonces niña,empezaría a ser poeta.


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