domingo, 30 de junio de 2013

Las cabezas de piedra.




El polo ha empezado a liquidarse.
La poesía disgregada
va de mesa en mesa
como los hambrientos.

La poesía se derrumba
como cansada estrella
sobre los hombros gibados
y se alza en el negro estero
como un surcado visionario
mientras empuja lejos el mundo.

Da miedo la frialdad,
que parece suficiente
para empañar los ojos,
ojos terribles que no se quiebran
ante la humanidad
y parecen brotar una coraza
como una fortaleza de búfalo.

Aun así
entretanto,
algo estalla desde dentro.

La poesía cae todavía descarnada
del cielo abierto
hacia las carreteras.
Una vez más
ruge entre las rejas
como una puta invencible.

Aun así
entre tanto ,
se abren los huesos
como las flores
y en los momentos inesperados
de repente parecen vivas
las cabezas de piedra .




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