martes, 3 de septiembre de 2013

Arde la ciudad.


Cambiando a uno con este poco equipaje
pero duro como una roca mi paso
me dejo ir por las calles ocultas que encuentro
de vez en cuando.

Bajo estas estrellas mi corazón estalla
en poemas de niebla ,en poemas de vida
entre las farolas y las polillas
intentando encontrar la luz
que ilumine mis alas.


En la capital del mercado
veo vender mi espíritu,
hay lobos en los acantilados
intentando llegar al templo;
la noche nace y muere
sin saber a donde se dirige;
me faltan coordenadas
para señalarte el fuego.

Ahora puedes arder con todos los papeles.
Arde la ciudad
y nuestros huesos
a punto de no poder aguantar nuestro peso
y sostener el mundo.


Ha pasado la novena luna
y ha declarado la guerra.
Quizás todo estalla mañana.


Yo todavía
no he perdido la esperanza
en este desierto
intentando romper barreras
y llevar arena
para mover montañas.




...
...

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