Una mano.

Una mano
extiende los fuegos
de la fiebre de mi frente,
vuela en los vientos
para dibujar un lugar
de suave arquitectura interna,
una mano descendiendo
a mi oido y a mi boca,
acariciando la barba de raices
que brota de mis poros,

durante el sueño la miro,
vigilia linea se apaga y se tiñe
de negro en la cima de un monte,
inerbe pulsacion de duna
multiplicada por los dedos
ausentes,fantasmas en los
rojos mares de arrugas
que agitan mi almohada,

me ha cogido toda la noche
con ese solo asombro
de lo extraño.
con su tacto de puertas y escaladas
de montañas y casas 
que quiza no existan,

me ha robado el tiempo
sin tiempo de la oscuridad y no,
 tocando ausente
mi patria salvaje ,a veces ardiente 
me evapora,
pero es mi sueño,es toda mia,
que no me despierte todavía.