viernes, 12 de julio de 2013

Sólo el mar y las polillas pudieron entender la noche.





Tras la turba tendida
pasando las horas
y la humareda errante
entre las luces;


tras los cigarros
formando nubes de vacío
y la vida invisible
quemando el silencio
como un labio.


Tras el negro inexplicable
y el enorme murmullo,
tras el astro prohibido
y la suave muerte
resbalando en los dedos;


sólo el mar y las polillas
pudieron entender la noche
distante y ausente
llena de espejos y caballos.

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